La incapacidad profesional es una discapacidad que dificulta o imposibilita el ejercicio de una profesión u oficio. Se puede producir por un accidente, enfermedad o envejecimiento.
La incapacidad permanente es aquella en la que el trabajador no puede volver a realizar su actividad laboral porque sus condiciones de salud no lo permiten.
En cambio, la incapacidad temporal es aquella que, aunque impide el ejercicio de la profesión u oficio, es reversible, es decir, el trabajador puede recuperarse y volver a su actividad habitual.
En España, el sistema de prestaciones por incapacidad está regulado por la Seguridad Social y tiene como objetivo proteger al trabajador en caso de que sufre una incapacidad profesional.
Hay dos tipos de prestaciones: la incapacidad permanente y la incapacidad temporal. En el primer caso, el trabajador percibe una prestación mensual mientras dure su estado de invalidez. En el segundo, la prestación se cobra por días de baja y su importe depende del salario base del trabajador.
Para acceder a estas prestaciones, el trabajador debe haber cotizado un mínimo de 360 días en los últimos 5 años.