La Ley General de Salud en su artículo 4 establece que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Por lo tanto, una persona con discapacidad es aquella que tiene una alteración funcional permanente o transitoria de uno o más órganos o sistemas, ya sea física, mental, intelectual o sensorial, que le impide hacer uso o desempeñar una actividad física, mental o sensorial de manera completa, eficiente y satisfactoria. Según esta definición, podemos identificar tres grandes grupos de discapacitados:
En México, según el Censo de Población y Vivienda 2010, hay un total de 25’786,830 personas con discapacidad, de las cuales el 61.8% corresponden a mujeres y el 38.2% a hombres. De este total, el 19.3% corresponde a personas con discapacidad física, el 4.4% a personas con discapacidad mental y el 1.1% a personas con discapacidad intelectual.
En España, según el Real Decreto 8/2019, de 8 de febrero, por el que se establece el procedimiento para la concesión de la pensión de incapacidad permanente y se regulan determinados aspectos de las prestaciones por desempleo, para que una persona pueda acceder a la pensión de incapacidad permanente debe reunir una serie de requisitos, entre los que se encuentran:
Para que una persona pueda acceder a la pensión de incapacidad permanente debe reunir una serie de requisitos, entre los que se encuentran:
La incapacidad permanente es una situación en la que una persona, por causa de enfermedad o discapacidad, se ve imposibilitada para realizar cualquier actividad laboral que le permita obtener una renta suficiente para su subsistencia. Es decir, que por culpa de su enfermedad o discapacidad, la persona en cuestión no puede trabajar ni desempeñar ninguna otra actividad que le permita obtener los ingresos necesarios para vivir.
Por lo tanto, para que una persona pueda acceder a la pensión de incapacidad permanente debe reunir los requisitos anteriormente mencionados y, además, que su incapacidad laboral sea permanente e inviable que el trabajador pueda reincorporarse a su actividad laboral. Es decir, que la enfermedad o discapacidad que padece la persona sea de tal gravedad que le imposibilite para siempre desempeñar cualquier actividad laboral que le permita obtener una renta suficiente para su subsistencia.
La incapacidad es una afección que impide a una persona realizar algunas o todas las actividades normales de la vida. Puede ser temporal o permanente, y puede ser causada por una enfermedad, un accidente o un trastorno mental. La incapacidad puede afectar la capacidad de una persona para trabajar, estudiar, hacer ejercicio, cuidar de sí misma o de otras personas, o para llevar una vida normal y saludable.
La incapacidad se puede clasificar de muchas maneras, pero una forma común de hacerlo es por su duración, su causa o su nivel de gravedad. La duración puede ser temporal o permanente, y la causa puede ser física, mental o mixta. El nivel de gravedad puede ser leve, moderado o severo.
La mayoría de las personas con incapacidad son capaces de llevar una vida normal y saludable, pero algunas necesitan ayuda para hacer algunas de las actividades de la vida diaria. Algunas personas con incapacidad necesitan ayuda para trabajar o estudiar, y otras necesitan ayuda para cuidar de sí mismas o de otras personas.
La mayoría de las personas con incapacidad pueden llevar una vida normal y saludable, pero algunas necesitan ayuda para hacer algunas de las actividades de la vida diaria. Algunas personas con incapacidad necesitan ayuda para trabajar o estudiar, y otras necesitan ayuda para cuidar de sí mismas o de otras personas.
Es posible que te hayas hecho esta pregunta si recientemente has sufrido una lesión o enfermedad que te ha dejado incapacitado para el trabajo. En este artículo, trataremos de responder a esa pregunta y brindarle información sobre cómo determinar si tiene una discapacidad y qué tipo de discapacidad puede tener.
En primer lugar, es importante entender que la definición de discapacidad varía según el contexto. Según el Americans with Disabilities Act (ADA), se considera que una persona tiene una discapacidad si presenta una afección física o mental que substantivamente limita una o más actividades importantes de la vida, como el trabajo, el aprendizaje, el cuidado personal o las actividades de la vida diaria.
Por otro lado, la definición de discapacidad del Seguro Social es más estricta. El Seguro Social considera que una persona tiene una discapacidad si su enfermedad o lesión es lo suficientemente grave como para impedirle realizar un trabajo remunerado durante al menos un año, o si su condición es terminal.
Ahora que tiene una mejor comprensión de lo que se considera una discapacidad, ¿cómo puede determinar si tiene una? Si siente que su lesión o enfermedad substantivamente le impide realizar una o más actividades importantes de la vida, es posible que tenga una discapacidad según la definición del ADA. Si, por otro lado, su enfermedad o lesión le impide trabajar o es terminal, es posible que tenga una discapacidad según la definición del Seguro Social.
En conclusión, la mejor manera de determinar si tiene una discapacidad y qué tipo de discapacidad puede tener es consultar con un médico o un abogado especializado en este ámbito.
Existen diversas opiniones al respecto de quién debería ser el encargado de determinar el grado de incapacidad laboral de una persona. Algunos expertos aseguran que debería ser el propio trabajador el que valorase su capacidad para realizar su labor, mientras que otros opinan que sería más adecuado que fuese un médico especialista el que realizase dicha evaluación.
Sin embargo, lo cierto es que, en la actualidad, la legislación española establece que será el médico de la Seguridad Social el que determine el grado de incapacidad laboral de una persona, atendiendo a una serie de criterios objetivos.
Así, en función de la patología que padezca el trabajador, el tiempo de inactividad que haya tenido, la edad del interesado o la capacidad para reincorporarse al mercado laboral, el médico de la Seguridad Social establecerá el grado de incapacidad de la persona en cuestión, que podrá ser del 33%, 50% o 66%.
Cabe destacar que, en algunos casos, el grado de incapacidad laboral podrá ser absoluto, es decir, que el trabajador en cuestión no podrá realizar ningún tipo de actividad laboral, ya que su estado de salud así lo impide.
En cualquier caso, una vez que el médico de la Seguridad Social haya determinado el grado de incapacidad laboral de una persona, ésta podrá recurrir dicha decisión ante un juez, si considera que no se ha valorado correctamente su situación.