Cuando contratas un seguro, hay dos partes: el tomador y el asegurado. El tomador es la persona que contrata el seguro y paga la prima, y el asegurado es la persona que está cubierta por el seguro. A menudo, el tomador y el asegurado son la misma persona, pero no siempre es así.
Por ejemplo, si contratas un seguro de vida para ti mismo, eres el tomador y el asegurado. Pero si contratas un seguro de vida para tu esposo o hijo, eres el tomador y ellos son el asegurado. De manera similar, si compras un seguro para tu coche, eres el tomador y el coche es el asegurado.
En algunos casos, el tomador y el asegurado pueden ser diferentes personas. Por ejemplo, si eres el propietario de una casa y contratas un seguro de propietarios para cubrir esa casa, eres el tomador. Pero si vendes la casa, el nuevo propietario será el tomador y tú serás el asegurado.
En cualquier caso, es importante que entiendas quién es el tomador y quién es el asegurado, ya que afecta a la forma en que se cubren las reclamaciones. Por ejemplo, si tienes un seguro de vida, el beneficiario recibirá el pago del seguro si mueres, pero si tienes un seguro de coche, el beneficiario recibirá el pago del seguro si tu coche es robado o dañado.
El asegurador tomador y beneficiario en un seguro de vida son dos partes importantes. En la mayoría de los casos, el asegurador tomador es la persona que paga la prima y el beneficiario es la persona que se beneficia del seguro. Aunque el beneficiario puede ser el mismo que el tomador, esto no es necesariamente así. A continuación, se presentan las diferencias clave entre estas dos figuras en un seguro de vida.
El asegurador tomador es la persona que tiene el derecho de contratar el seguro y, por lo tanto, es la persona que paga la prima. El tomador tiene el derecho de designar al beneficiario, que es la persona que recibirá el pago del seguro en el caso de que el tomador fallezca. El beneficiario puede ser cambiado en cualquier momento por el tomador, a menos que el contrato del seguro indique lo contrario. Si el tomador fallece, el beneficiario recibirá el pago del seguro, que se denomina "beneficio".
Por lo general, el beneficiario es una persona cercana al tomador, como un cónyuge, un hijo o un pariente cercano. Sin embargo, el beneficiario también puede ser una institución, como una caridad. En algunos casos, el beneficiario puede ser el mismo que el tomador. Por ejemplo, si una persona contrata un seguro de vida para cubrir una hipoteca, es posible que el beneficiario sea el banco o la institución financiera que le prestó el dinero para la hipoteca.
En resumen, el asegurador tomador es la persona que tiene el derecho de contratar el seguro y pagar la prima, mientras que el beneficiario es la persona que recibirá el pago del seguro en el caso de que el tomador fallezca. El beneficiario puede ser cambiado en cualquier momento por el tomador, a menos que el contrato del seguro indique lo contrario. Si el tomador fallece, el beneficiario recibirá el pago del seguro, que se denomina "beneficio".
En la mayoría de los casos, el asegurado y el tomador coinciden. El tomador es la persona que contrata el seguro y, por lo tanto, es la que está interesada en que el objeto asegurado esté protegido. El asegurado es la persona que se beneficia de la protección del seguro, es decir, la que recibirá el pago en caso de siniestro. Sin embargo, en algunos casos es posible que el tomador y el asegurado sean personas diferentes.
Por ejemplo, cuando se trata de seguros de vida, el tomador suele ser la persona que tiene un interés económico en la vida del asegurado, como un cónyuge o un hijo. En este caso, el pago del seguro se realiza al asegurado en caso de muerte. Otra situación en la que pueden no coincidir el tomador y el asegurado es en el caso de seguros de salud, en los que el tomador es la persona que tiene un interés en que el asegurado esté protegido, como un empleador. En este caso, el pago del seguro se realiza al asegurado en caso de enfermedad o accidente.
El tomador de una apuesta, en el contexto de las apuestas deportivas, es el individuo que realiza la apuesta. En el Reino Unido, el término se utiliza a menudo para referirse a la persona que coloca la apuesta con una casa de apuestas en persona. El término puntero es a menudo utilizado como sinónimo de tomador.
En algunos contextos, el término tomador se utiliza para referirse a la persona que coloca la apuesta con un corredor de apuestas. Un corredor de apuestas es una persona que actúa como intermediario entre el tomador y la casa de apuestas. El corredor de apuestas cobra una comisión por sus servicios.
En otros contextos, el término tomador se utiliza para referirse a la persona que acepta una apuesta realizada por otra persona. Por ejemplo, si dos personas acuerdan hacer una apuesta en un partido de fútbol, una de las personas es el tomador de la apuesta y la otra persona es el contratante.
En algunos contextos, el término tomador se utiliza para referirse a la persona que coloca la apuesta con una casa de apuestas en línea.
En general, el término tomador se utiliza para referirse a la persona que coloca una apuesta, ya sea con una casa de apuestas, un corredor de apuestas o una persona.
La póliza de seguro es un contrato entre el asegurado y la compañía de seguros. En este contrato, el asegurado se compromete a pagar una prima, y la compañía de seguros se compromete a pagar una indemnización en caso de que se produzca un siniestro cubierto por la póliza. El asegurado puede ser tanto una persona física como una persona jurídica.
La persona física que contrata el seguro y a quien se le aplica la póliza se denomina tomador del seguro. No obstante, el beneficiario del seguro es aquella persona que, en caso de siniestro, recibirá la indemnización establecida en la póliza. El beneficiario puede ser tanto el tomador del seguro como una tercera persona.
En el caso de las pólizas de seguro de vida, el beneficiario es, en la gran mayoría de los casos, la persona que contrata el seguro (el tomador del seguro), ya que el objetivo de este tipo de seguros es proteger a los familiares del asegurado en caso de fallecimiento.
En cambio, en el caso de las pólizas de seguro de daños, el beneficiario suele ser el asegurado. El asegurado es la persona física o jurídica que contrata el seguro y a quien, en caso de siniestro, le será indemnizado por la compañía de seguros.