Un siniestro es un evento no deseado, generalmente relacionado con un daño, un accidente o una muerte, que puede dar lugar a una reclamación en el seguro. En la mayoría de los casos, el siniestro se produce de forma repentina e inesperada y es consecuencia de una serie de circunstancias imprevistas.
En el seguro, el siniestro es el hecho objeto de la cobertura, es decir, el hecho que hace que se active la prestación a la que el asegurado tiene derecho. Por ejemplo, en un seguro de hogar, el siniestro será el incendio de la vivienda; en un seguro de vida, el siniestro será la muerte del asegurado; en un seguro de salud, el siniestro será la enfermedad que requiera hospitalización, etc.
En algunos casos, el siniestro es una consecuencia directa de un acto ilícito cometido por el asegurado, como por ejemplo, en un seguro de coche, el siniestro puede ser el accidente provocado intencionadamente por el asegurado. En estos casos, el asegurado no tiene derecho a la prestación porque ha actuado de forma dolosa.
En general, el siniestro es un hecho imprevisto, involuntario e inevitable que ocasiona un daño material o una lesión a una persona y que es cubierto por un seguro.
Un siniestro de seguro es un evento cubierto por una póliza de seguro que causa una pérdida para el asegurado. El siniestro puede ser un accidente, un robo o cualquier otro evento imprevisto que cause daños materiales o personales. Si el siniestro es cubierto por la póliza, el asegurado recibirá una indemnización por los daños sufridos.
Para poder cobrar la indemnización, el asegurado debe presentar una reclamación a la compañía de seguros. La compañía de seguros investigará el siniestro y, si lo considera justificado, procederá a pagar la indemnización. Si la compañía de seguros no considera que el siniestro está justificado, el asegurado no recibirá ninguna indemnización.
Aunque se usan como sinónimos, existe una diferencia entre un accidente y un siniestro. Un accidente es un evento imprevisto e involuntario que causa daños a las personas o a la propiedad, y que generalmente es cubierto por un seguro. Un siniestro, por otro lado, es el daño causado por el accidente, y es lo que se indemniza con el seguro.
Por ejemplo, si una persona pierde el control de su coche y choca contra un muro, se produce un accidente. Los daños causados al coche y al muro se consideran un siniestro. En este caso, el asegurado será indemnizado por los daños causados.
En general, un accidente es un evento aislado que no tiene consecuencias graves. Un siniestro, por otro lado, puede ser un accidente grave que causa daños considerables a las personas o a la propiedad. Sin embargo, también puede referirse a un daño menor, como una abolladura en el coche.
Los siniestros son eventos fortuitos, súbitos e imprevistos que ocurren con una persona, una cosa o un establecimiento y que pueden causar daños materiales o personales.
En función de su naturaleza, podemos diferenciar dos grandes grupos de siniestros:
En cuanto a la magnitud de los daños, podemos hablar de: