Una póliza de riesgos nominados es una póliza de seguro de propiedad y casualty diseñada para proteger a una persona o entidad contra una variedad de riesgos específicos. Las pólizas de riesgos nominados generalmente se utilizan para proteger a las empresas contra riesgos específicos que no están cubiertos por las pólizas de seguros tradicionales.
Una póliza de seguro de riesgos nominados es un tipo de póliza de seguro en la que el asegurador se compromete a cubrir una lista específica de riesgos. En una póliza de riesgos nominados, el asegurador no tiene ninguna obligación de cubrir ningún riesgo que no esté específicamente enumerado en la póliza. Esto es en contraste con una póliza de riesgos no nominados, en la que el asegurador está obligado a cubrir todos los riesgos a menos que sean específicamente excluidos.
Los riesgos nombrados son aquellos eventos catastróficos que están específicamente identificados en una póliza de seguros. En la mayoría de las pólizas de seguros, los riesgos nombrados se enumeran explícitamente, y el asegurado está protegido contra ellos. Sin embargo, en algunas pólizas, los riesgos nombrados pueden no estar específicamente enumerados, pero el asegurado está protegido contra cualquier evento que cause un daño significativo o catastrófico. Los riesgos nombrados son generalmente aquellos que son más probables de ocurrir y que tienen un impacto significativo en el asegurado. En algunos casos, una póliza de seguros puede proteger contra un riesgo específico, pero no contra otros riesgos similares. Por ejemplo, una póliza de seguros contra incendios puede no proteger contra daños causados por inundaciones. Los riesgos nombrados suelen estar relacionados con eventos catastróficos, como huracanes, terremotos, incendios o inundaciones.
Algunos ejemplos de riesgos nombrados son:
Una póliza a primer riesgo es una cobertura de seguros que cubre los daños a una propiedad en caso de un desastre natural, como un terremoto, un huracán o un incendio. En la mayoría de los casos, las pólizas a primer riesgo no cubren los daños causados por la acción humana, como el robo o la vandalismo. Las pólizas a primer riesgo se pueden comprar de forma independiente o como parte de un paquete de seguros de propiedad. Los precios de las pólizas a primer riesgo varían según el riesgo de la propiedad, el tamaño de la póliza y el lugar en el que se encuentra la propiedad.
Las pólizas de seguro son contratos por los cuales una persona (el asegurado) se compromete a pagar una suma de dinero (la prima) a una compañía de seguros, y esta última se compromete a pagar una suma de dinero (el beneficio) en caso de que se produzca un evento especificado en el contrato (el siniestro).
En la mayoría de los casos, el beneficio se paga en efectivo al asegurado, y éste puede decidir qué hacer con él. En algunos casos, el beneficio se paga directamente al proveedor de los bienes o servicios que el asegurado necesita para reparar o reemplazar lo dañado o perdido. Por ejemplo, en el caso de un seguro de vivienda, el beneficio se pagará directamente al proveedor de los materiales de construcción y al contratista que realice las reparaciones, en lugar de al asegurado.
En la mayoría de los casos, el asegurado paga la prima en efectivo, aunque algunas compañías de seguros permiten pagar la prima mediante tarjeta de crédito o débito o en cuotas mensuales. Las primas se pagan por adelantado y, generalmente, se reajustan anualmente en función de la edad del asegurado, la suma asegurada y el nivel de riesgo asociado al siniestro. Algunas compañías de seguros permiten cambiar la frecuencia con la que se pagan las primas, por ejemplo, mensualmente en lugar de anualmente, pero esto suele estar sujeto a un recargo.
En la mayoría de los casos, el contrato de seguro establece un período de carencia, que es el tiempo que transcurre desde que se contrata el seguro hasta que éste entra en vigor. Durante este período, el asegurado está cubierto para los riesgos especificados en el contrato, pero no está cubierto para ningún otro. Por lo general, el período de carencia es de un mes, pero puede ser más o menos, según el tipo de seguro.
Una vez que el contrato entra en vigor, el asegurado está cubierto para los riesgos especificados en el mismo hasta la fecha de caducidad del contrato. En la mayoría de los casos, el contrato se renueva automáticamente por un nuevo período de un año, y el asegurado debe pagar la prima correspondiente. Algunas compañías de seguros permiten que el asegurado cambie la duración del contrato, por ejemplo, de un año a seis meses, pero esto suele estar sujeto a un recargo.
En algunos casos, el contrato de seguro establece un período de espera, que es el tiempo que transcurre desde que se contrata el seguro hasta que éste entra en vigor. Durante este período, el asegurado no está cubierto para ningún riesgo. Por lo general, el período de espera es de un mes, pero puede ser más o menos, según el tipo de seguro.
Una vez que el período de espera ha finalizado, el asegurado está cubierto para los riesgos especificados en el contrato hasta la fecha de caducidad del mismo. En la mayoría de los casos, el contrato se renueva automáticamente por un nuevo período de un año, y el asegurado debe pagar la prima correspondiente. Algunas compañías de seguros permiten que el asegurado cambie la duración del contrato, por ejemplo, de un año a seis meses, pero esto suele estar sujeto a un recargo.