Un seguro médico sin carencia es una póliza de seguro médico que no tiene un período de espera antes de que el seguro comience a cubrir los costos médicos. En otras palabras, si usted se enferma o se lesiona, el seguro comenzará a cubrir los costos de atención médica de inmediato. Los seguros médicos con carencia son más comunes, y generalmente requieren que usted espere uno o más meses antes de que el seguro comience a cubrir los costos médicos. Esto puede ser un problema si usted se enferma o se lesiona y necesita atención médica de inmediato. Los seguros médicos sin carencia son más caros, pero pueden ser una buena opción para las personas que tienen un mayor riesgo de enfermedades o lesiones. Si usted es una persona saludable, puede que no necesite un seguro médico sin carencia. Pero si usted tiene una condición médica crónica o si su familia tiene un historial de enfermedades graves, un seguro médico sin carencia puede ser una buena opción para usted.
Un seguro médico con una carencia es un seguro médico que no cubre ningún tipo de gastos médicos hasta que se cumpla un período de tiempo establecido. Por lo general, este período de tiempo es de tres a seis meses, y después de eso, el seguro médico comenzará a cubrir los gastos médicos. Sin embargo, algunos seguros médicos tienen una carencia de un año o incluso más. Las carencias son más comunes en los seguros médicos de los empleadores, ya que estos seguros médicos a menudo requieren que los empleados estén en el plan de seguro médico de la empresa durante un cierto período de tiempo antes de que el seguro médico comience a cubrir los gastos médicos. Las carencias también son más comunes en los seguros médicos que se venden a través de los mercados de seguros estatales, ya que estos seguros médicos a menudo tienen requisitos más estrictos para los beneficios.
Las carencias son una parte importante de muchos seguros médicos, ya que ayudan a mantener los costos de los seguros médicos bajos. Sin embargo, las carencias también pueden ser un problema para las personas que necesitan atención médica de inmediato. Por lo tanto, es importante que las personas comprendan los términos de su seguro médico antes de comprar uno. Si tiene dudas sobre los términos de su seguro médico o si no está seguro de si su seguro médico tiene una carencia, póngase en contacto con su agente de seguros o la compañía de seguros para obtener más información.
Incluso si ya eres cliente de Adeslas, si cambias de modalidad de pago (de mensual a anual, por ejemplo), se aplicará un periodo de carencia de 3 meses desde el momento en que se cambia el modo de pago. Este es el tiempo que tardarás en disfrutar de los beneficios de tu nueva modalidad de pago.
Por ejemplo, si contratas un seguro de Adeslas con una póliza anual y, a los 3 meses, cambias a una modalidad mensual, tendrás que esperar 3 meses más para disfrutar de los beneficios de tu póliza mensual.
En cambio, si ya eres cliente de Adeslas y cambias de póliza (de una póliza anual a otra póliza mensual, por ejemplo), no se aplicará ningún periodo de carencia.
Pese a ser uno de los principales beneficios de la seguridad social, el seguro médico no cubre todos los gastos relativos a la salud de una persona. En este artículo, te contamos qué gastos médicos no están cubiertos por el seguro y cómo afrontarlos.
Gastos médicos no cubiertos por el seguro
En primer lugar, conviene que sepas que el seguro médico no cubre los gastos derivados de la estética. Si decides someterte a una operación de cirugía estética, tendrás que hacer frente a todos los costes asociados. Lo mismo ocurre con las prótesis dentales, los tratamientos de fertilidad o cualquier otra intervención que no tenga un carácter estrictamente médico.
Por otro lado, el seguro médico tampoco cubre los gastos de hospitalización en una clínica privada. Si necesitas ser ingresado en un hospital, podrás elegir entre una institución pública o privada. En el primer caso, la estancia estará cubierta por el seguro, pero en el segundo caso, deberás hacer frente a todos los costes de la hospitalización.
Otro de los gastos médicos que no están cubiertos por el seguro es el de los medicamentos. Aunque en algunos casos, el seguro puede hacer frente a una parte del coste de los medicamentos, en general, serás tú quien deba abonar el importe íntegro de los mismos.
Por último, conviene que sepas que el seguro médico tampoco cubre los gastos de transporte sanitario. Si necesitas ser trasladado en ambulancia a un hospital o centro médico, deberás hacer frente a todos los costes asociados al transporte.
Cómo afrontar los gastos médicos no cubiertos
Si te enfrentas a una situación en la que debes hacer frente a un gasto médico no cubierto por el seguro, no te preocupes. Existen diferentes opciones para que puedas hacer frente a los mismos.
En primer lugar, puedes optar por un seguro complementario. Se trata de un seguro privado que cubre aquellos gastos médicos no cubiertos por el seguro público. De esta forma, podrás hacer frente a todos los gastos médicos sin tener que preocuparte por los costes.
Otra opción es solicitar un crédito para hacer frente a los gastos médicos. En este caso, deberás devolver el importe del crédito junto con los intereses correspondientes. No obstante, es una opción que puede ser muy útil en caso de emergencia.
Por último, también puedes optar por una tarjeta de crédito. En este caso, deberás abonar el importe de los gastos médicos en la siguiente factura de la tarjeta. No obstante, es importante que sepas que esta opción puede conllevar unos intereses muy altos.
En cualquier caso, es importante que sepas que no estás solo si te enfrentas a un gasto médico no cubierto por el seguro. Existen diferentes opciones para que puedas hacer frente a los mismos.
La carencia es el período de tiempo que transcurre desde que contratas un seguro hasta que éste empieza a cubrir determinadas enfermedades. Es decir, si contraes una enfermedad durante la carencia, el seguro no te cubrirá los gastos médicos que se deriven de ella. La carencia puede ser de unos pocos días o de varios años, según el tipo de seguro que contrates.
Por ejemplo, si contratas un seguro de salud para cubrirte en caso de enfermedad, la carencia será el tiempo que transcurra desde que contratas el seguro hasta que éste empiece a cubrir tus gastos médicos. Si contraes una enfermedad durante ese período, el seguro no te cubrirá los gastos médicos que se deriven de ella. Por lo tanto, es importante que leas bien las condiciones del seguro antes de contratarlo, para conocer cuál es su período de carencia y qué enfermedades están cubiertas.
En general, los seguros de salud tienen un período de carencia de entre 3 y 12 meses, aunque algunos seguros pueden tener una carencia de hasta 24 meses. En el caso de los seguros de vida, la carencia suele ser de 2 años, aunque también puede ser más larga.