Un ahorro indexado se produce cuando una persona ahorra una cantidad de dinero para un propósito específico y luego lo deja allí hasta que necesite el dinero. Algunos ejemplos de ahorros indexados incluyen ahorros para la jubilación, ahorros para una casa o ahorros para una emergencia. La ventaja de este tipo de ahorro es que la persona no tiene que preocuparse por el dinero mientras no lo necesita.
El ahorro indexado es un método de ahorro que establece una tasa de interés fija y se ajusta periódicamente (generalmente anualmente) en función de un índice de precios (por ejemplo, el Índice de Precios al Consumo o el Índice de Precios al Producto). El objetivo del ahorro indexado es proteger el poder adquisitivo de los ahorradores frente a la inflación.
Tasa de interés fija La tasa de interés fija es una característica del ahorro indexado que lo diferencia de otros productos de ahorro, como los depósitos a plazo. Esto significa que, aunque el índice de precios suba, la tasa de interés no cambia. Sin embargo, si el índice de precios cae, la tasa de interés no se verá afectada.
Ajuste periódico en función de un índice de precios El ahorro indexado se ajusta periódicamente (generalmente anualmente) en función de un índice de precios. El índice de precios más comúnmente utilizado es el Índice de Precios al Consumo (IPC). El ajuste se realiza de la siguiente manera: se calcula la diferencia entre la tasa de interés fija y el índice de precios; si el índice de precios es inferior a la tasa de interés fija, el ahorrador recibirá una bonificación; si el índice de precios es igual o superior a la tasa de interés fija, el ahorrador no recibirá ninguna bonificación.
Protección del poder adquisitivo El ahorro indexado protege el poder adquisitivo de los ahorradores frente a la inflación. Si el índice de precios aumenta, el ahorrador recibirá una bonificación que lo compensará por el aumento de los precios. De esta forma, el ahorrador puede estar seguro de que su dinero mantendrá el mismo poder adquisitivo a largo plazo.
Los inversores a menudo buscan invertir en fondos que batan al mercado, pero esto es más fácil decirlo que hacerlo. De hecho, la mayoría de los gestores de fondos no logran superar el rendimiento del índice en el que se basa su inversión. Sin embargo, los inversores pueden invertir directamente en un índice a través de un fondo indexado, y esto puede ser una forma más efectiva de invertir.
Los fondos indexados replican el rendimiento de un índice específico, por lo que si el índice sube, el fondo también lo hará. Los fondos indexados se pueden encontrar en una variedad de mercados, incluyendo acciones, bonos y materias primas.
Al invertir en un fondo indexado, los inversores no están apostando por un gestor de fondos específico. En cambio, invierten en una cartera de activos seleccionados por un índice. Esto significa que los costos asociados con el fondo son generalmente mucho más bajos que los de un fondo activo.
Los fondos indexados también son mucho más simples de administrar que los fondos activos. Esto se debe a que no requieren el mismo nivel de análisis y seguimiento. Como resultado, los costos de administración de un fondo indexado suelen ser mucho más bajos que los de un fondo activo.
Aunque los fondos indexados pueden ser una forma efectiva de invertir, no son perfectos. Algunos inversores argumentan que los fondos indexados no ofrecen el potencial de rendimiento de los fondos activos. Esto es cierto, pero es importante tener en cuenta que los fondos activos también tienen el potencial de rendimiento negativo. En general, los fondos indexados ofrecen un rendimiento más consistente que los fondos activos.
Otro inconveniente de los fondos indexados es que no ofrecen la misma flexibilidad que los fondos activos. Los fondos activos pueden ser modificados para adaptarse a las condiciones del mercado, mientras que los fondos indexados no pueden. Esto significa que los inversores que necesitan una mayor flexibilidad en sus inversiones pueden preferir los fondos activos.
En general, los fondos indexados pueden ser una forma efectiva de invertir. Ofrecen el potencial de rendimiento de un índice específico, con los costos y la simplicidad de un fondo pasivo. Sin embargo, no son perfectos y no ofrecen la misma flexibilidad que los fondos activos. Los inversores deben considerar sus objetivos de inversión antes de decidir si un fondo indexado es adecuado para ellos.
Un depósito indexado es una inversión a plazo fijo en la que el capital inicial y los intereses generados están protegidos frente a la inflación. En otras palabras, el poder adquisitivo de la inversión está asegurado. Se trata, por tanto, de una opción de ahorro a largo plazo muy interesante para cubrir ciertos objetivos futuros.
La rentabilidad de este tipo de depósitos se mide en función de un índice de precios (el más utilizado es el IPC), de forma que, si el índice sube, la rentabilidad del depósito también lo hará; y si el índice baja, la rentabilidad será la misma. De esta forma, el ahorrador está protegido frente a la subida de los precios.
Por lo general, los depósitos indexados se contratan a un plazo de entre 3 y 5 años, aunque algunas entidades ofrecen la posibilidad de contratarlos a plazos más largos. Es importante tener en cuenta que, una vez finalizado el plazo, no se podrá disfrutar de la protección frente a la inflación, por lo que los intereses generados serán los que establezca el banco sin tener en cuenta el IPC.
Para contratar un depósito indexado, lo habitual es que se necesite una cantidad mínima de ahorros, aunque esto varía en función de la entidad bancaria. En algunos casos, el mínimo puede ser de 1.000 euros, mientras que en otros puede ser de 5.000.