La pérdida total en un seguro es cuando el vehículo es dañado de tal manera que el costo de reparación es igual o mayor al valor de mercado del vehículo. En este caso, la aseguradora pagará el valor de mercado del vehículo, no el costo de reparación.
La mayoría de las aseguradoras tienen un límite de pago para la pérdida total, que es el valor máximo que pagarán por un vehículo. Si el valor de mercado del vehículo es mayor que el límite de pago, el asegurado tendrá que pagar la diferencia.
Para evitar una pérdida total, algunas aseguradoras ofrecen una opción de pago parcial, que cubre el costo de reparación del vehículo, hasta un cierto porcentaje del valor de mercado. Si el costo de reparación es igual o menor al porcentaje cubierto, el asegurado no tendrá que pagar nada.
La pérdida total es una situación en la que el costo de reparación de un vehículo supera el valor del vehículo. En otras palabras, el daño es tan grave que el vehículo no puede ser reparado o el costo de reparación es tan alto que no merece la pena repararlo. Si su vehículo sufre daños graves en un accidente, un acto de vandalismo o un incendio, es posible que sea declarado como una pérdida total.
Si su vehículo es declarado una pérdida total, usted recibirá el valor de mercado del vehículo de la compañía de seguros, lo cual puede ser menos de lo que usted debe en su préstamo del vehículo. Si usted está pagando el vehículo en efectivo, recibirá el valor de mercado del vehículo menos el deducible de su póliza. En cualquier caso, usted tendrá que pagar impuestos sobre el valor recibido.
Algunas compañías de seguros ofrecen una cláusula de pérdida total parcial, que cubre el costo de reparación de su vehículo si el costo de las reparaciones supera un cierto porcentaje del valor del vehículo. Si su vehículo es relativamente nuevo y tiene una póliza de seguro con esta cláusula, es posible que desee considerar la reparación de su vehículo en lugar de recibir el pago del valor de mercado.
La mayoría de las aseguradoras tardan de 30 a 60 días en pagar una pérdida total, pero esto puede variar en función de la compañía y la política. Algunas aseguradoras pueden pagar una pérdida total en el acto, mientras que otras pueden tardar varios meses. Si usted tiene una póliza de seguro de auto, debe ponerse en contacto con su aseguradora para averiguar cuánto tardarán en pagar su reclamación.
En la mayoría de los casos, las aseguradoras requieren que se presente una solicitud de reclamación por escrito, y luego seguirán un proceso de investigación. Esto puede incluir una inspección del vehículo y un análisis de los daños, así como un examen de la política para asegurarse de que cumpla con los requisitos para una pérdida total.
Una vez que se haya completado el proceso de investigación, la aseguradora emitirá un cheque por la cantidad acordada. Si usted está de acuerdo con la cantidad, debe firmar el cheque y enviarlo de vuelta a la aseguradora. Si no está de acuerdo con la cantidad, puede intentar negociar una mejor oferta o presentar una queja ante el departamento de seguros de su estado.
En algunos casos, las aseguradoras pueden ofrecer un reembolso en lugar de un cheque. Si usted acepta un reembolso, debe asegurarse de que se trate de una cantidad que pueda pagar. También debe asegurarse de que la aseguradora le reembolse todos los cargos, como los impuestos y el seguro, antes de aceptar un reembolso.
Una vez que haya recibido el pago de su reclamación, debe ponerse en contacto con su banco o prestamista para cancelar el préstamo del vehículo. También debe cancelar su seguro y registrar el vehículo como destruido. Si usted tiene una hipoteca o un préstamo pendiente, debe ponerse en contacto con su acreedor para ver si puede negociar una cancelación o una reducción de la deuda.
La pérdida total se produce cuando el vehículo sufrido daños por un accidente, robo o incendio, entre otros, y su valor de reparación es superior al 75% del valor de mercado. En este caso, la aseguradora procederá a la indemnización del asegurado en la cantidad equivalente al valor de mercado del vehículo en el momento del siniestro, descontando el importe de la franquicia establecida en la póliza.
En el caso de pérdida parcial, los daños sufridos por el vehículo son inferiores al 75% del valor de mercado. En este supuesto, la aseguradora indemnizará al asegurado por el importe de los daños, descontando el importe de la franquicia establecida en la póliza. No obstante, si los daños superan el importe de la franquicia, la aseguradora indemnizará al asegurado en la cantidad equivalente a los daños sufridos, descontando la franquicia.
En ambos casos, si el vehículo tiene una antigüedad superior a los cinco años, la indemnización se reducirá en un 10%.