REACH es una regulación europea que tiene como objetivo garantizar la salud humana y el medio ambiente frente a los riesgos que pueden derivarse de la utilización de productos químicos. La regulación establece un marco para la evaluación de los riesgos y el control de las sustancias químicas y mezclas. Asimismo, establece obligaciones para registrar y notificar las sustancias, así como evaluar y autorizar su utilización. La certificación REACH es un proceso mediante el cual se demuestra que una sustancia cumple con la regulación. El propósito de la certificación REACH es simplificar el cumplimiento de las empresas con la regulación, asegurar la transparencia de la información y reducir el costo administrativo.
La certificación REACH está dividida en tres niveles: el nivel de conformidad, el nivel de cumplimiento y el nivel de garantía. El nivel de conformidad se refiere a la capacidad de una sustancia para cumplir con los requisitos de la regulación. El nivel de cumplimiento se refiere a la capacidad de una sustancia para cumplir con todos los requisitos de la regulación. El nivel de garantía se refiere a la capacidad de una sustancia para cumplir con todos los requisitos de la regulación y proporcionar una garantía de que se seguirán cumpliendo en el futuro.
REACH es el Reglamento (CE) nº 1907/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006, relativo a la Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Químicos (REACH, por su sigla en inglés).
La finalidad de este Reglamento es proteger el medio ambiente y la salud humana de los efectos nocivos que puedan derivarse de la fabricación, el uso y el lanzamiento a la atmósfera de sustancias químicas. Asimismo, tiene como objetivo mejorar la competitividad de la industria química europea y facilitar el acceso al mercado de las sustancias químicas.
Consecuentemente, el REACH establece un sistema de registro obligatorio de las sustancias químicas, así como una evaluación de sus efectos sobre la salud humana y el medio ambiente. El REACH también establece un marco para la autorización de las sustancias químicas y, en determinadas circunstancias, para su restricción.
¿Qué es una sustancia química?
Una sustancia química es una materia de una composición y unas características determinadas, independientemente de su origen. Las sustancias químicas pueden ser naturales, como el agua, o sintéticas, como el nylon. También se pueden considerar sustancias químicas los compuestos de dos o más elementos químicos, como el dióxido de carbono (CO2), que está formado por el carbono (C) y el oxígeno (O2).
Las sustancias químicas se utilizan en diversos sectores de la economía, entre otros, en la agricultura, la alimentación, la construcción, la fabricación de equipos electrónicos y el tratamiento de residuos.
¿Qué es una preparación?
Una preparación es una mezcla de dos o más sustancias químicas, en la que las sustancias mantienen sus propiedades características. Las preparaciones se utilizan, entre otras cosas, como aditivos alimentarios, reactivos en el laboratorio o pinturas.
REACH se aplica tanto a las sustancias químicas como a las preparaciones. No obstante, en el caso de las preparaciones, el REACH establece una serie de disposiciones específicas.
¿Qué es el registro?
El registro es el proceso mediante el cual se recopilan datos sobre las propiedades de una sustancia química y su fabricación o utilización. El registro de las sustancias químicas es obligatorio para todas las sustancias que se fabriquen o importen en la UE en cantidades superiores a 1 tonelada al año.
¿Qué es la evaluación?
La evaluación es el proceso mediante el cual se evalúan los datos recopilados en el registro de una sustancia química. A partir de esa evaluación, se determina si es necesario adoptar medidas para proteger la salud humana y el medio ambiente de los posibles efectos adversos de la sustancia en cuestión.
¿Qué es la autorización?
La autorización es el proceso mediante el cual se adoptan medidas para garantizar que se utilizan las sustancias químicas solo cuando se han evaluado y se han adoptado las medidas adecuadas para proteger la salud humana y el medio ambiente. En el caso de las sustancias químicas altamente peligrosas, la autorización es obligatoria.
¿Qué es la restricción?
La restricción es el proceso mediante el cual se adoptan medidas para prohibir o limitar el uso de una sustancia química, cuando se han evaluado y se han adoptado las medidas adecuadas para proteger la salud humana y el medio ambiente.
El REACH establece una serie de procedimientos para adoptar medidas de autorización o restricción. En primer lugar, se debe evaluar si la sustancia es peligrosa. En caso afirmativo, se debe adoptar una medida de autorización o restricción, a menos que se demuestre que los beneficios derivados de su utilización superen los riesgos para la salud humana y el medio ambiente. En el caso de las sustancias químicas altamente peligrosas, la autorización es obligatoria.
El REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Químicos) es un nuevo sistema europeo para la gestión de productos químicos que se puso en marcha en junio de 2007. El REACH tiene como objetivo mejorar la protección de la salud humana y el medio ambiente frente a los peligros que pueden suponer los productos químicos.
El REACH exige que los fabricantes y los importadores de productos químicos evalúen los riesgos que pueden suponer sus productos y tomen las medidas necesarias para minimizarlos. Los productos químicos que representen un riesgo especial para la salud humana o el medio ambiente deberán autorizarse antes de que se puedan poner en el mercado.
Para cumplir con estas obligaciones, los fabricantes y los importadores deberán registrar sus productos químicos en la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA).
El REACH también establece un procedimiento de evaluación para examinar los efectos de determinados productos químicos en la salud humana y el medio ambiente. En función de los resultados de la evaluación, la Comisión Europea puede adoptar medidas para limitar o prohibir el uso de estos productos.
El REACH se aplica a todos los productos químicos, incluidos los que se utilizan en la industria, en la agricultura, en la cosmética, en la limpieza o en el hogar. También se aplica a los productos químicos que se liberan al medio ambiente, como los que se encuentran en el agua, el aire o el suelo.
El Reglamento (CE) nº 1907/2006, más conocido como REACH, es el sistema comunitario que tiene por objeto la registro, la evaluación, la autorización y la restricción de las sustancias químicas. REACH se aplica a todas las sustancias químicas, tanto a las utilizadas por la industria como a las que se encuentran en el medio ambiente. Por lo tanto, el REACH es de aplicación a todos los productores y importadores de sustancias químicas, así como a los fabricantes y comercializadores de productos químicos que las contengan.
REACH establece un sistema armonizado a nivel de la UE para la evaluación y la gestión de los riesgos que plantean las sustancias químicas. El Reglamento establece, además, una serie de obligaciones para los titulares de la autorización, es decir, los operadores que fabriquen o utilicen sustancias químicas peligrosas, cuando éstas se encuentren sujetas a restricciones.
En virtud del REACH, los titulares de la autorización deben adoptar medidas para minimizar el riesgo para la salud humana y el medio ambiente, así como para reducir o, en su caso, sustituir las sustancias peligrosas por otras menos peligrosas. Los titulares de la autorización también deben adoptar medidas para garantizar que las personas expuestas a las sustancias autorizadas reciban la información adecuada y dispongan de los medios de protección necesarios.
El REACH también establece un procedimiento de autorización mediante el cual se evalúa el riesgo que plantea una sustancia y se adoptan medidas para limitar o prohibir su utilización si no se puede minimizar el riesgo de otra manera. En virtud del REACH, solo se autorizarán aquellas sustancias que sean necesarias para garantizar un nivel elevado de protección de la salud humana y el medio ambiente, y cuya utilización no entrañe un riesgo inaceptable para la salud humana o el medio ambiente.
La Directiva de la UE 2002/95/CE, también conocida como Directiva RoHS, estableció un marco para limitar la utilización de determinadas sustancias peligrosas en equipos eléctricos y electrónicos. En concreto, se prohibió la utilización de mercurio, plomo, cromo hexavalente, bifenilos policlorados (PBB) y ftalatos de bifenilos (BBP), dibutilftalato (DBP), di-2-etilhexilftalato (DEHP), butilbenzeno (BB) y dioxinas en equipos eléctricos y electrónicos destinados a entrar en contacto con el agua. La Directiva RoHS se aplica a todas las categorías de productos eléctricos y electrónicos, aunque con ciertas excepciones para determinados productos y aplicaciones, como medicamentos, juguetes y equipos militares.
La Directiva RoHS fue sustituida por el Reglamento (UE) 2015/863 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 31 de marzo de 2015, sobre la restricción de la utilización de determinadas sustancias peligrosas en equipos eléctricos y electrónicos, y por lo tanto, a partir del 13 de julio de 2019, la Directiva RoHS deja de estar en vigor y es sustituida por el Reglamento (UE) 2015/863. No obstante, dado que el Reglamento (UE) 2015/863 mantiene las mismas exigencias que la Directiva RoHS, la Comisión Europea no prevé ningún cambio en la forma en que se aplica el Reglamento (UE) 2015/863. Además, todos los documentos relacionados con la Directiva RoHS seguirán siendo válidos, aunque se refieran a dicha Directiva.
El Reglamento REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas, en inglés) se adoptó el 18 de diciembre de 2006 y entró en vigor el 1 de junio de 2007. Su objetivo es mejorar la protección de la salud humana y el medio ambiente frente a los riesgos que pueden derivarse de las sustancias químicas y establecer un marco para la evaluación de esos riesgos. Asimismo, el Reglamento REACH fomenta la utilización de sustancias más seguras y el desarrollo de nuevas tecnologías. En la actualidad, el Reglamento REACH es el instrumento más amplio de la UE en materia de protección de la salud y el medio ambiente frente a los riesgos que pueden derivarse de las sustancias químicas.
El Reglamento REACH se aplica a todas las sustancias químicas, ya se comercialicen o no, y a cualquier aspecto relacionado con su elaboración, comercialización o utilización. No obstante, el Reglamento REACH no se aplica a las sustancias que se encuentren en el estado natural, como el petróleo crudo, los minerales, el gas natural o el agua.