Según el Artículo 107 del Reglamento General de Conductores, se considera vehículo siniestro "aquella unidad de motor cuyo estado de conservación y/o funcionamiento haya sido alterado como consecuencia de un accidente de tráfico, incendio, explosión, robo o tentativa de robo, hurto, vandalismo, actuación de la autoridad o cualquier otra circunstancia que impida, dificulte o perturbe el normal desarrollo de la marcha".
Existen diversas situaciones en las que se considera un vehículo como siniestro. Algunos ejemplos son:
En cualquiera de estas situaciones, el vehículo deberá ser sometido a un peritaje para determinar el grado de daño. Si el perito determina que el vehículo ha sufrido daños considerables, el vehículo será considerado siniestro y, por lo tanto, no podrá ser conducido hasta que no sea reparado.
¿Cuándo se considera un coche siniestro total? En España, un automóvil se considera un siniestro total cuando su reparación supone un coste igual o superior al 75% del valor del vehículo en el mercado, sin contar el IVA. Es decir, si para reparar el coche se necesitan 4.000 euros y el vehículo vale 5.000 euros, el asegurado perdería el coche. No obstante, esto no significa que el automóvil esté inservible, sino que su coste de reparación es muy elevado en relación a su valor.
En el caso de que el vehículo tenga una antigüedad inferior a un año, el coste de reparación debe ser igual o superior al 80% del valor del vehículo en el mercado para que se considere un siniestro total. Dado que los coches nuevos suelen ser más caros, esta norma permite que el asegurado no pierda el vehículo por una pequeña avería.
En cualquier caso, si el asegurado no quiere perder el vehículo, puede optar por la reparación. No obstante, debe tener en cuenta que el seguro no cubrirá el 100% de los gastos de reparación, sino que se reembolsará una parte. Por lo tanto, el asegurado deberá pagar una cantidad de dinero por la reparación del vehículo.
Si usted es el propietario del vehículo, sólo usted puede declarar un siniestro. Si usted es el conductor y no el propietario del vehículo, el propietario del vehículo será notificado. Si usted es el conductor y no el propietario del vehículo, y el propietario del vehículo no está presente, debe notificar al propietario del vehículo tan pronto como sea posible.
Si usted es el conductor de un vehículo de alquiler, debe notificar al propietario del vehículo tan pronto como sea posible.
Si usted es el conductor de un vehículo de carga, y el vehículo es dañado en un accidente, debe notificar al propietario de la carga tan pronto como sea posible.
Si usted es el conductor de un vehículo de pasajeros, y el vehículo es dañado en un accidente, debe notificar a su compañía de seguros tan pronto como sea posible.
Un siniestro total es aquella situación en la que un vehículo dañado por un accidente, robo o incendio no puede ser reparado y su valor de mercado es inferior al importe del seguro. En estos casos, la aseguradora deberá indemnizar al asegurado por el valor total del vehículo en el momento del siniestro, con independencia de su valor de compra.
Para calcular el siniestro total de un vehículo, la aseguradora tendrá en cuenta el valor de mercado del vehículo en el momento del siniestro, es decir, el precio que podría obtenerse al venderlo en un concesionario o en un desguace autorizado.
Para ello, se tendrá en cuenta el modelo, la marca, el año de matriculación, el estado del vehículo, el kilometraje recorrido y otros factores. También se tendrá en cuenta el importe de la prima pagada por el asegurado y el tiempo que lleve asegurado el vehículo.
En el caso de los vehículos antiguos o de colección, el valor de mercado puede ser superior al importe de la prima pagada, por lo que la aseguradora deberá indemnizar al asegurado por el valor de mercado del vehículo en el momento del siniestro.
El valor venal de un coche se define como el precio al que se podría vender un vehículo usado en una transacción entre particulares, sin tener en cuenta el estado del vehículo ni la marca. El valor venal se calcula a partir del precio de venta recomendado por el fabricante, el cual se reduce en función de la antigüedad del vehículo, el kilometraje, la condición del vehículo y otros factores.
Precio de venta recomendado - El precio de venta recomendado es el precio al que se debería vender el vehículo nuevo. Este precio se reduce en función de la antigüedad del vehículo, el kilometraje, la condición del vehículo y otros factores.
Antigüedad del vehículo - El precio de venta recomendado se reduce en función de la antigüedad del vehículo. Cuanto más antiguo es el vehículo, menor es el precio al que se podría vender.
Kilometraje - El precio de venta recomendado se reduce en función del kilometraje. Cuanto más kilómetros ha recorrido el vehículo, menor es el precio al que se podría vender.
Condición del vehículo - El precio de venta recomendado se reduce en función de la condición del vehículo. Cuanto mejor esté el vehículo, mayor será el precio al que se podría vender.