Para mantener la salud de nuestros ojos es importante acudir regularmente al oculista, ya que solo él puede diagnosticar y tratar problemas oculares. Aunque existen algunos síntomas que nos indican que debemos acudir a un especialista, como es el caso de la visión borrosa, la fatiga ocular, los ojos llorosos, las manchas oscuras en la vista, las dolores de cabeza o el síndrome de la visión del túnel, lo ideal es acudir al menos una vez al año a una revisión ocular.
Durante la revisión, el oculista realizará una serie de pruebas para evaluar la salud de nuestros ojos y detectar enfermedades o problemas a tiempo. Entre las pruebas más habituales se encuentran la medición de la agudeza visual, la exploración de los ojos con un oftalmoscopio y la medición de la presión intraocular. El oculista también evaluará nuestro estado de salud general y si padecemos o no alguna enfermedad que pueda afectar a la salud de nuestros ojos, como es el caso de la diabetes.
En cualquier caso, si tenemos algún problema ocular o notamos algún cambio en nuestra vista, debemos acudir al oculista lo antes posible para que nos diagnostique y trate la enfermedad a tiempo.
Si tienes dificultades para ver de cerca o de lejos, o si tienes problemas para enfocar la vista, es posible que necesites usar gafas o lentes de contacto. Si tienes una afección ocular, es posible que necesites ir al oculista para que te la trate.
Muchas afecciones oculares no causan síntomas, por lo que es importante que todos tengan una revisión ocular al menos una vez cada dos años. Si tienes una enfermedad ocular, es posible que necesites ir con más frecuencia.
Algunas enfermedades oculares, como la cataratas y la degeneración macular, pueden ser tratadas. Si se detectan a tiempo, es posible que se pueda evitar o retrasar la pérdida de la vista.
Los niños y los adolescentes deben tener una revisión ocular al menos una vez cada dos años, incluso si no tienen dificultades para ver. Los niños con problemas de visión pueden tener dificultades para aprender en la escuela.
Algunas afecciones oculares, como el glaucoma, pueden ser hereditarias. Si tienes un familiar con glaucoma, es posible que necesites ir con más frecuencia para hacerte revisiones.
Si tienes dolores oculares, enrojecimiento o secreción, es posible que tengas una infección ocular. Es importante que te hagas revisiones con frecuencia para evitar daños permanentes a tu vista.
Consejos para cuidar la salud de los ojos:
Un oftalmólogo es un médico especialista en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de los ojos. La formación de un oftalmólogo consta de una especialización de cinco años después de haber terminado la carrera de Medicina. Los oftalmólogos están capacitados para realizar una amplia variedad de exámenes y procedimientos, desde la simple revisión de la vista hasta cirugías complejas. Los oftalmólogos pueden diagnosticar y tratar a pacientes de todas las edades, desde recién nacidos hasta adultos mayores.
Un oculista, por otro lado, es un especialista en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades de los ojos, pero no tiene un título de médico. En muchos países, para poder ejercer la oculistería se requiere de una licencia especial. En la mayoría de los casos, los oculistas se especializan en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades de los ojos, pero no en cirugías. Algunos oculistas pueden realizar cirugías menores de los ojos, pero la mayoría se limita a tratar enfermedades como la miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia.
En resumen, la principal diferencia entre un oftalmólogo y un oculista es que el primero tiene un título de médico, mientras que el segundo no. Los oftalmólogos están más capacitados para realizar procedimientos y cirugías, mientras que los oculistas se especializan más en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades de los ojos.