Los riesgos en seguros pueden ser divididos en dos categorías principales: riesgos financieros y riesgos técnicos. Los riesgos financieros se derivan de la capacidad de la compañía de seguros para cumplir con sus obligaciones de pago en el momento en que ocurra un siniestro. Los riesgos técnicos se derivan de la capacidad de la compañía de seguros para evaluar y cubrir los riesgos a los que se exponen sus asegurados.
Los riesgos financieros pueden ser divididos en tres categorías: riesgo de mercado, riesgo de crédito y riesgo de liquidez. El riesgo de mercado se refiere al riesgo de que los precios de los activos en los que la compañía de seguros ha invertido cambien de manera significativa. El riesgo de crédito se refiere al riesgo de que la compañía de seguros no pueda recuperar el dinero que ha prestado a otras compañías o que las otras compañías no puedan pagar los montos adeudados a la compañía de seguros. El riesgo de liquidez se refiere al riesgo de que la compañía de seguros no pueda convertir sus activos en efectivo en el momento en que lo necesite.
Los riesgos técnicos pueden ser divididos en cuatro categorías: riesgo de siniestro, riesgo de daño, riesgo operacional y riesgo de fraude. El riesgo de siniestro se refiere al riesgo de que la compañía de seguros no pueda cubrir el costo de los daños causados por un siniestro. El riesgo de daño se refiere al riesgo de que la compañía de seguros no pueda cubrir el costo de los daños ocasionados por un evento. El riesgo operacional se refiere al riesgo de que la compañía de seguros no pueda cubrir los costos incurredidos por la mala gestión de los riesgos. El riesgo de fraude se refiere al riesgo de que la compañía de seguros no pueda cobrar los montos adeudados por los asegurados que hayan cometido fraude.