La previsión social se define como el conjunto de medidas de carácter público y privado que tienen como objetivo garantizar los ingresos y la protección social de las personas en situación de desempleo, invalidez, jubilación o enfermedad. En España, las prestaciones de previsión social están reguladas por la Seguridad Social.
Las prestaciones de previsión social pueden ser de tres tipos: prestaciones contributivas, prestaciones asistenciales y prestaciones familiares. Las prestaciones contributivas son aquellas en las que el trabajador cotiza para obtener una prestación en el futuro, como por ejemplo, las prestaciones por desempleo o las pensiones. Las prestaciones asistenciales, por otro lado, son aquellas que se conceden sin tener en cuenta la cotización previa, como por ejemplo, las prestaciones por invalidez o las prestaciones por maternidad. Las prestaciones familiares, por último, son aquellas que se conceden a las familias numerosas o con hijos a cargo.
En España, las prestaciones de previsión social están reguladas por la Seguridad Social, que es el sistema público de protección social de España. La Seguridad Social se encarga de gestionar las prestaciones contributivas y asistenciales, así como de las prestaciones familiares. La Seguridad Social está formada por tres organismos: el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), el Instituto Nacional de la Seguridad Social para los Trabajadores Autónomos (INSSAT) y el Fondo de Garantía Salarial (FGS).
El INSS es el organismo encargado de gestionar las prestaciones contributivas y asistenciales de los trabajadores por cuenta ajena. El INSSAT, por otro lado, es el organismo encargado de gestionar las prestaciones contributivas y asistenciales de los trabajadores por cuenta propia. El FGS, por último, es el organismo encargado de garantizar el pago de las prestaciones salariales en caso de insolvencia de la empresa.
En España, las prestaciones de previsión social son aquellas cantidades que reciben las personas por concepto de jubilación, invalidez, viudedad, orfandad, subsidio por desempleo, asistencia sanitaria, maternidad, paternidad, cuidado de hijos menores o incapacitados y ayuda por riesgo durante el embarazo o en el periodo de lactancia natural. Se trata de un conjunto de derechos adquiridos por los trabajadores que tienen como finalidad protegerles en caso de falta de ingresos, ya que dejan de percibir su salario porque han dejado de trabajar.
Para tener derecho a estas prestaciones, los trabajadores deben haber cotizado durante un determinado periodo de tiempo. En el caso de la jubilación, por ejemplo, se requiere cotizar un mínimo de 15 años; mientras que para el subsidio por desempleo, el periodo mínimo es de 360 días en los últimos 5 años.
Otro requisito que suelen solicitar las entidades gestoras de las prestaciones sociales es que el trabajador haya estado en situación de alta o de baja laboral en los últimos meses. En el caso de la jubilación, por ejemplo, se requiere que el trabajador haya estado dado de alta en la Seguridad Social durante los últimos meses.
Para acceder a las prestaciones de previsión social, los trabajadores deben solicitar su inscripción en la entidad gestora de la prestación a la que tengan derecho. En el caso de la jubilación, por ejemplo, la entidad gestora es la Seguridad Social. Los trabajadores también pueden solicitar las prestaciones de previsión social a través de internet.
La previsión social en México está regulada por la Ley del Seguro Social, que establece las prestaciones a las que tiene derecho el trabajador y su familia. Entre estas prestaciones, se encuentran el Seguro de Vida, el Seguro de Salud y el Seguro de Cesantía. Además, el trabajador y su familia también tienen derecho a la Pensión por Vejez, a la Pensión por Incapacidad y a la Pensión por Orfandad.
El Seguro de Vida cubre los gastos médicos y funerarios del trabajador y de su familia en caso de fallecimiento. El Seguro de Salud cubre los gastos médicos del trabajador y de su familia. El Seguro de Cesantía cubre los gastos de manutención del trabajador y de su familia durante un periodo de cesantía. La Pensión por Vejez es una prestación que se otorga al trabajador que cumple los 65 años de edad y que se encuentra incapacitado para el trabajo. La Pensión por Incapacidad es una prestación que se otorga al trabajador que se encuentra incapacitado para el trabajo por una enfermedad o un accidente. La Pensión por Orfandad es una prestación que se otorga a los hijos del trabajador fallecido.
La seguridad social está compuesta por un conjunto de prestaciones económicas que tienen por objeto proteger a las personas frente a los riesgos sociales. Estos riesgos pueden ser de carácter laboral, como el desempleo o los accidentes de trabajo, o no laborales, como la enfermedad, la invalidez, la vejez o la muerte. Las prestaciones pueden ser de carácter contributivo, es decir, que solo tienen derecho a ellas las personas que cotizan a la seguridad social, o de carácter no contributivo, es decir, que tienen derecho a ellas todas aquellas personas que no cotizan, como los niños, los jubilados o los desempleados de larga duración.
En función de su finalidad, las prestaciones de la seguridad social pueden ser:
En función de su carácter, las prestaciones de la seguridad social pueden ser:
La previsión es una estimación de lo que puede suceder en el futuro. En meteorología, las previsiones se hacen utilizando modelos matemáticos que se alimentan de datos recopilados por estaciones terrestres, satélites y aviones. Estos modelos producen un mapa de condiciones meteorológicas que se espera que ocurran en un momento determinado. Las previsiones se pueden hacer para un período de tiempo de unos minutos a varios días.
En general, las previsiones se hacen utilizando modelos atmosféricos y oceánicos que se alimentan de datos recopilados por estaciones terrestres, satélites y aviones. Estos modelos producen un mapa de condiciones meteorológicas que se espera que ocurran en un momento determinado. Las previsiones se pueden hacer para un período de tiempo de unos minutos a varios días.
Las previsiones se pueden hacer para un período de tiempo de unos minutos a varios días. En general, las previsiones meteorológicas son más precisas a corto plazo que a largo plazo. Esto se debe a que los factores que influyen en el tiempo, como la presión atmosférica, la temperatura y la humedad, cambian rápidamente y son difíciles de predecir con precisión a largo plazo. Sin embargo, a medida que se acerca el tiempo de la prevista, las condiciones meteorológicas son más fáciles de predecir con mayor precisión.