El seguro es un contrato mediante el cual una persona (aseguradora) se compromete a cubrir un determinado riesgo a cambio de una prima (cantidad establecida de dinero que debe pagarse regularmente). El seguro puede ser de vida, salud, automóvil, hogar, etc. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el seguro es una forma de ahorro que permite proteger a las personas y a las empresas frente a los riesgos financieros. El seguro se basa en tres pilares:
El seguro se basa en estos pilares para proteger a las personas y a las empresas frente a los riesgos financieros. Según la OCDE, el seguro es una forma de ahorro que permite proteger a las personas y a las empresas frente a los riesgos financieros.
Las bases técnicas del seguro son el fundamento de todo el sistema de seguros. Se trata de un conjunto de normas y principios que regulan la contratación y ejecución de los seguros, así como el funcionamiento de las entidades aseguradoras. En España, estas bases técnicas están recogidas en el Real Decreto Legislativo 6/2004, de 29 de octubre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados.
Las bases técnicas del seguro tienen como objetivo fundamental garantizar la seguridad jurídica y la transparencia en la contratación de seguros, así como establecer unas normas mínimas a las que deben ajustarse todos los seguros. En este sentido, se establecen unas condiciones mínimas de contratación que deben cumplir todos los seguros, así como unas normas de transparencia a las que deben ajustarse todas las entidades aseguradoras.
Asimismo, las bases técnicas del seguro establecen unas normas mínimas de prestación de los seguros, de manera que se garantiza que todos los asegurados recibirán unos beneficios mínimos en caso de siniestro. En este sentido, se establecen unas condiciones mínimas de prestación que deben cumplir todos los seguros, así como unas normas de transparencia a las que deben ajustarse todas las entidades aseguradoras.
Los seguros son una forma de protección financiera que ayudan a cubrir los costos de una variedad de imprevistos. Se componen de una póliza, que es un contrato entre el asegurado y la compañía de seguros, y una prima, que es el pago que hace el asegurado por el seguro. La póliza especifica qué eventos están cubiertos por el seguro y las condiciones que deben cumplirse para que el seguro pague. Las primas se pagan generalmente de forma mensual, trimestral o anual. Algunos seguros, como el seguro de vida, también pueden tener un componente de inversión, que se llama "fondo de reserva".
Hay muchos tipos diferentes de seguros, que cubren desde el riesgo de muerte hasta el riesgo de enfermedad, y todo lo demás en el medio. Algunos de los seguros más comunes son los seguros de vida, los seguros de salud, los seguros de automóviles y los seguros de propiedad. También hay seguros especiales que cubren riesgos específicos, como el seguro de responsabilidad pública para médicos o el seguro de responsabilidad civil para propietarios de negocios.
En la mayoría de los casos, el seguro se compone de tres elementos principales: la cobertura, la prima y el deducible. La cobertura es lo que el seguro cubre; es decir, el riesgo que está protegiendo. La prima es el pago que hace el asegurado por el seguro. Y el deducible es la cantidad que el asegurado tiene que pagar antes de que el seguro cubra el resto. Por ejemplo, si tiene un seguro de automóvil con una prima de $100 y un deducible de $500, significa que tiene que pagar los primeros $500 de cualquier reclamo que presente, y la compañía de seguros cubrirá el resto.
Hay dos tipos principales de seguros: los seguros de daños y los seguros de gastos médicos. Los seguros de daños cubren los daños a la propiedad, como si se incendia su casa o si su coche se estrella. Los seguros de gastos médicos, por otro lado, cubren los gastos médicos que pueda incurrir, como si necesita ir al hospital o si necesita una intervención quirúrgica. Hay otros tipos de seguros, como los seguros de vida, los seguros de invalidez y los seguros de responsabilidad, pero estos son los dos principales.
La cobertura de un seguro se compone de dos partes: la suma asegurada y el límite de la suma asegurada. La suma asegurada es la cantidad máxima que la compañía de seguros pagará en el caso de que se presente un reclamo. Por ejemplo, si tiene un seguro de vida con una suma asegurada de $1 millón, significa que la compañía de seguros pagará hasta $1 millón si muere. El límite de la suma asegurada, por otro lado, es la cantidad máxima que la compañía de seguros pagará por todos los reclamos que presente en el transcurso de un año. Por ejemplo, si tiene un seguro de salud con un límite de $2 millones, significa que la compañía de seguros pagará hasta $2 millones en total por todos los gastos médicos que incurra en el transcurso de un año.
La prima de un seguro se compone de dos partes: la prima fija y la prima variable. La prima fija es el pago que hace el asegurado por el seguro y no cambia con el tiempo. Por ejemplo, si tiene un seguro de vida con una prima fija de $100, pagará $100 al mes, independientemente de lo que suceda. La prima variable, por otro lado, es un pago que puede cambiar con el tiempo, dependiendo de factores como la edad del asegurado o el estado de salud. Por ejemplo, si tiene un seguro de salud con una prima variable, su prima puede aumentar si envejece o si su estado de salud cambia.
El deducible de un seguro es la cantidad que el asegurado tiene que pagar antes de que el seguro cubra el resto. Por ejemplo, si tiene un seguro de automóvil con un deducible de $500, tiene que pagar los primeros $500 de cualquier reclamo que presente, y la compañía de seguros cubrirá el resto. El deducible también se conoce como el "límite de responsabilidad".
Los riesgos de un seguro se clasifican en función de la probabilidad de que ocurra un evento y del impacto que tendría este en el asegurado. En general, se pueden considerar tres grandes grupos de riesgos: riesgos habituales, riesgos especiales y riesgos catastróficos.
Riesgos habituales: Son aquellos que se producen con cierta frecuencia y, por lo tanto, son más previsibles. Por ejemplo, el riesgo de robo en una vivienda o el riesgo de accidente de coche. En estos casos, el asegurado pagará una prima mensual o anual en función del riesgo asumido.
Riesgos especiales: Son aquellos que se producen con menor frecuencia, pero que tienen un mayor impacto. Por ejemplo, el riesgo de incendio en una vivienda o el riesgo de muerte en un accidente de coche. En estos casos, el asegurado pagará una prima más alta, ya que el riesgo es mayor.
Riesgos catastróficos: Son aquellos que son muy poco frecuentes, pero que tienen un impacto muy alto. Por ejemplo, el riesgo de terremoto o el riesgo de inundación. En estos casos, el asegurado pagará una prima muy alta, ya que el riesgo es muy alto.