La alergia es una reacción inmunológica del organismo ante la presencia de un agente extraño (alérgeno) que, en condiciones normales, no produce ninguna reacción. El alérgeno puede ser una sustancia de origen vegetal, animal o bacteriano a la que se le denomina polen, latex, picadura de insecto, moho, etc.
La prevalencia de las alergias en la población es creciente. En España, según datos del Estudio Nacional de Salud, se estima que el 30% de la población padece alguna alergia, siendo la rinitis alérgica (alergia nasal) la más frecuente, seguida de la asma y la alergia a los alimentos.
A continuación, se enumeran las 10 alergias más comunes:
En la mayoría de los casos, las alergias son leves y pueden controlarse con medicamentos antihistamínicos. Sin embargo, en algunos casos, las alergias pueden ser graves y requerir tratamiento médico inmediato. Las personas que padecen anafilaxia deben llevar siempre consigo un kit de emergencia que contenga adrenalina (una sustancia que se injecta en caso de reacción alérgica).
Existen muchos tipos de alergias, pero algunas son más comunes que otras. Según los expertos, la alergia más común es la alergia al polen. Esta alergia se produce cuando el cuerpo reacciona al polen, que es una sustancia que se encuentra en el aire.
Otro tipo de alergia muy común es la alergia a los animales. Esta alergia se produce cuando el cuerpo reacciona a los pelos o al polvo que se encuentra en los animales. También puede ocurrir si se está expuesto a los animales en lugares cerrados, como en un zoo.
Otro tipo de alergia muy común es la alergia a los ácaros del polvo. Esta alergia se produce cuando el cuerpo reacciona a los ácaros del polvo, que son pequeños organismos que se encuentran en el polvo. También puede ocurrir si se está expuesto al polvo en lugares cerrados, como en una casa.
Otro tipo de alergia muy común es la alergia a las picaduras de insectos. Esta alergia se produce cuando el cuerpo reacciona a las picaduras de insectos, como las picaduras de mosquitos. También puede ocurrir si se está expuesto a los insectos en lugares cerrados, como en una casa.
Existen diversos tipos de alergias, por lo que resulta difícil saber de qué se trata exactamente una alergia si no se ha padecido antes. Algunas personas son alérgicas a los ácaros del polvo, otras al polen, a los animales o a determinados alimentos. La alergia se caracteriza por una reacción exagerada del sistema inmunológico ante una sustancia a la que se llama alérgeno. En la mayoría de los casos, los síntomas son leves, pero en ocasiones pueden ser graves e incluso poner en peligro la vida.
Los alérgenos pueden ser diversos, pero en la mayoría de los casos se trata de proteínas. Los alérgenos más comunes son el polen, los ácaros del polvo, el pelo de animales, los ácaros de la sarna, los insecticidas, los medicamentos, determinados alimentos y la picadura de algunos animales. La alergia se produce cuando el sistema inmunológico reacciona ante la presencia de un alérgeno al que es sensible. En algunos casos, los síntomas son leves y no requieren tratamiento específico, pero en otras ocasiones pueden ser graves e incluso poner en peligro la vida.
Los síntomas de la alergia dependen de la sustancia a la que se es alérgico y de la sensibilidad de cada persona. Algunas personas pueden tener síntomas leves, como picor de ojos, estornudos o rinitis, mientras que otras pueden tener síntomas más graves, como urticaria, asma o anafilaxis. La anafilaxis es una reacción alérgica grave que puede poner en peligro la vida y requiere tratamiento inmediato. Los síntomas de la anafilaxis incluyen dificultad para respirar, sensación de asfixia, urticaria, edema de garganta, hipotensión, shock y pérdida de consciencia.
Si se padece alguno de estos síntomas, es importante acudir al médico de inmediato. El diagnóstico de la alergia se realiza mediante una prueba de alergia, que consiste en aplicar una pequeña cantidad de alérgeno en la piel y observar si se produce una reacción. En algunos casos, también se puede realizar una prueba de alergia en sangre, que consiste en extraer una muestra de sangre y analizarla en busca de anticuerpos específicos. El tratamiento de la alergia depende de la gravedad de los síntomas y de la sustancia a la que se es alérgico.
En la mayoría de los casos, los síntomas se pueden controlar con medicamentos antihistamínicos, que se pueden comprar sin receta médica. Si los síntomas son más graves, se pueden necesitar corticosteroides o inmunoterapia. La inmunoterapia consiste en inyectar pequeñas dosis de alérgeno para que el organismo se vaya acostumbrando a él. En algunos casos, se puede necesitar un tratamiento de emergencia, como el epinefrina, que se debe administrar inmediatamente si se produce una reacción alérgica grave.
Hay dos tipos principales de alergias: alergias a los alimentos y alergias a las sustancias ambientales. Las alergias a los alimentos son más comunes en los niños, mientras que las alergias ambientales son más comunes en los adultos. Las alergias a los alimentos pueden ser causadas por proteínas en los alimentos, como la leche, el huevo, el pescado, el trigo o el soja. Las alergias ambientales pueden ser causadas por polen, moldes, caspa de animales, ácaros del polvo y picaduras de insectos.
Los síntomas de las alergias pueden incluir erupciones cutáneas, picazón, ojos llorosos, estornudos, dificultad para respirar, hinchazón de la garganta o de la cara, náuseas, vómitos o diarrea. Las alergias pueden ser leves o pueden ser graves, incluso mortales. Si tiene una alergia grave, es importante buscar tratamiento médico inmediato.