Los seguros de daños, también conocidos como seguros de responsabilidad civil, cubren a las personas y a las empresas frente a los daños que puedan causar a terceros. Las indemnizaciones por estos seguros suelen estar exentas de impuestos, siempre y cuando se destinen a reparar el daño causado. No obstante, en algunos casos concretos, estas indemnizaciones sí están sujetas a impuestos.
Así, por ejemplo, si el seguro cubre los daños causados a un vehículo, la indemnización estará exenta de impuestos. Sin embargo, si el seguro cubre los daños causados a un inmueble, la indemnización estará sujeta al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITP y AJD).
En el caso de los seguros de vida, las indemnizaciones están exentas de impuestos si el beneficiario es el asegurado. Sin embargo, si el beneficiario es otra persona, la indemnización estará sujeta al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD).
Por último, cabe señalar que las indemnizaciones por accidentes de tráfico están exentas de impuestos, independientemente de si el beneficiario es el asegurado o un tercero.
Hay una serie de indemnizaciones que están exentas de IRPF. Se trata de las cantidades percibidas en concepto de:
En el caso de las indemnizaciones percibidas por despido improcedente, nulo o rescisión del contrato, la exención de IRPF se aplica a la parte del importe que corresponda a la indemnización por los años de servicio prestados. El límite de exención es de 45 días de salario por año de servicio, con un tope máximo de 42 mensualidades. Si el trabajador percibe una indemnización superior a este límite, la parte que exceda estará sujeta a tributación.
En el caso de las indemnizaciones por accidente de trabajo o enfermedad profesional, la exención de IRPF se aplica a la totalidad de la indemnización percibida.
Por último, en el caso de las indemnizaciones por jubilación anticipada, la exención de IRPF se aplica a la totalidad de la indemnización percibida, siempre que el trabajador cumpla con los requisitos legales para acceder a esta prestación.
En la mayoría de los casos, las indemnizaciones son imponibles. Esto significa que están sujetas al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). No obstante, hay algunas excepciones en las que no tributan.
Por ejemplo, si la indemnización se recibe por daños personales derivados de un accidente, no estará sujeta a impuestos. Lo mismo ocurre si se trata de una indemnización por fallecimiento o lesiones permanentes.
En el caso de indemnizaciones percibidas por despido improcedente, rescisión de contrato o extinción de relación laboral, el importe de la indemnización estará exento de impuestos hasta un tope de 40.000 euros. A partir de esa cantidad, el excedente será imponible.
Por último, cabe señalar que las indemnizaciones percibidas por jubilación anticipada o pensiones de invalidez sí están sujetas a impuestos.
Cada seguro tiene sus propias normas, por lo que es importante que te asegures de leerlas cuidadosamente. Sin embargo, hay unos pasos generales que debes seguir cuando quieras declarar una indemnización por seguro:
1. Ponte en contacto con tu aseguradora. Lo primero que debes hacer es ponerte en contacto con tu aseguradora para informarles de lo sucedido. Ellos te indicarán los pasos a seguir.
2. Recopila la documentación necesaria. Según el tipo de seguro y el motivo de la indemnización, la documentación necesaria puede variar. Por lo general, tendrás que presentar una denuncia ante la policía, un informe médico o una factura. Si no estás seguro de qué documentos necesitas, ponte en contacto con tu aseguradora.
3. Rellena el formulario de solicitud. Una vez que hayas recopilado toda la documentación necesaria, tendrás que rellenar el formulario de solicitud de indemnización. Asegúrate de incluir toda la información relevante y de firmar el formulario.
4. Envía el formulario y la documentación. Ahora solo tienes que enviar el formulario y la documentación a tu aseguradora. Si lo envías por correo, asegúrate de hacerlo por certificado para que puedas comprobar que lo han recibido.
5. Espera a que te den una respuesta. Ahora solo tienes que esperar a que te den una respuesta. Tu aseguradora debería ponerse en contacto contigo para informarte de la decisión que han tomado. Si la indemnización ha sido aprobada, deberías recibir el dinero en un plazo de unos pocos días.