La hepatitis es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación del hígado. La hepatitis A se transmite principalmente por el contacto con agua y alimentos contaminados con la bacteria Salmonella. También se puede contraer a través del contacto directo con las heces de una persona infectada. La hepatitis B se transmite a través de contacto con la sangre o los fluidos corporales de una persona infectada. También puede contraerse a través de contacto sexual con una persona infectada. La hepatitis C se transmite principalmente a través de contacto con la sangre de una persona infectada. También puede contraerse a través de contacto sexual con una persona infectada. La hepatitis D se transmite a través del contacto directo con la sangre de una persona infectada. También puede contraerse a través de contacto sexual con una persona infectada. La hepatitis E se transmite principalmente por el contacto con agua y alimentos contaminados con la bacteria Salmonella. También se puede contraer a través del contacto directo con las heces de una persona infectada.
Los síntomas de la hepatitis pueden incluir fiebre, cansancio, náuseas, vómitos, dolor abdominal, pérdida de apetito, orina oscura, heces claras, ictericia (color amarillento de la piel o los ojos) y dolor en las articulaciones. Si usted presenta alguno de estos síntomas, consulte a su médico de inmediato.
Si usted tiene hepatitis, es importante que se abstenga de tener relaciones sexuales, compartir agujas o jeringas, o compartir cualquier otro objeto que pueda estar contaminado con la sangre de una persona infectada. También es importante que se lave las manos con agua y jabón después de usar el baño, cambiar pañales, o tocar las heces de una persona infectada. Si usted tiene hepatitis, también es importante que evite el contacto directo con la sangre o las heces de una persona infectada. Si usted es infectado con hepatitis, es importante que se abstenga de donar sangre, órganos, o tejidos.
La hepatitis es una enfermedad del hígado causada por diversos virus. En la mayoría de los casos, la hepatitis es aguda y dura menos de seis meses, con síntomas que incluyen fiebre, dolor abdominal y ictericia. Sin embargo, en algunos casos, la hepatitis puede ser crónica y durar más de seis meses. La hepatitis crónica puede causar daño hepático, cirrosis y cáncer de hígado. Afortunadamente, existen tratamientos disponibles para la hepatitis crónica.
La hepatitis A es un tipo de hepatitis que se transmite principalmente a través de la ingesta de agua o alimentos contaminados con heces. La hepatitis A generalmente es aguda y dura menos de seis meses. Sin embargo, en algunos casos, los síntomas de la hepatitis A pueden durar más de seis meses. La hepatitis A no es crónica y no causa daño hepático.
La hepatitis B es un tipo de hepatitis que se transmite a través de la sangre o los fluidos corporales. La hepatitis B puede ser aguda o crónica. La hepatitis B aguda generalmente dura menos de seis meses y no causa daño hepático. La hepatitis B crónica, por otro lado, puede durar más de seis meses y causar daño hepático, cirrosis y cáncer de hígado.
La hepatitis C es un tipo de hepatitis que se transmite principalmente a través de la sangre. La hepatitis C puede ser aguda o crónica. La hepatitis C aguda generalmente dura menos de seis meses y no causa daño hepático. La hepatitis C crónica, por otro lado, puede durar más de seis meses y causar daño hepático, cirrosis y cáncer de hígado.
La hepatitis es una enfermedad del hígado que puede ser causada por un virus o por otras enfermedades. La hepatitis es contagiosa, lo que significa que se puede transmitir de una persona a otra. La enfermedad puede ser aguda o crónica. La hepatitis aguda es una enfermedad que dura menos de seis meses. La hepatitis crónica es una enfermedad que dura más de seis meses. La hepatitis crónica puede conducir a la cirrosis o a un cáncer de hígado.
La hepatitis es causada por un virus. Hay cinco virus que causan la hepatitis: el virus de la hepatitis A, el virus de la hepatitis B, el virus de la hepatitis C, el virus de la hepatitis D y el virus de la hepatitis E.
El virus de la hepatitis A es el virus más común. Se transmite por contacto con el agua o los alimentos contaminados con heces de una persona infectada. También se puede transmitir por contacto sexual con una persona infectada. El virus de la hepatitis A no causa una enfermedad crónica.
El virus de la hepatitis B se transmite por contacto con la sangre o los fluidos corporales de una persona infectada. También se puede transmitir por contacto sexual con una persona infectada. El virus de la hepatitis B puede causar una enfermedad crónica.
El virus de la hepatitis C se transmite por contacto con la sangre de una persona infectada. También se puede transmitir por contacto sexual con una persona infectada. El virus de la hepatitis C puede causar una enfermedad crónica.
El virus de la hepatitis D se transmite por contacto con la sangre de una persona infectada. También se puede transmitir por contacto sexual con una persona infectada. El virus de la hepatitis D solo se puede infectar a las personas que ya están infectadas con el virus de la hepatitis B.
El virus de la hepatitis E se transmite por contacto con el agua o los alimentos contaminados con heces de una persona infectada. También se puede transmitir por contacto sexual con una persona infectada. El virus de la hepatitis E no causa una enfermedad crónica.
Los síntomas de la hepatitis aguda pueden incluir fiebre, cansancio, náuseas, vómitos, dolor de estómago, pérdida de apetito, orina oscura, heces claras, ictericia (color amarillento de la piel o de los ojos) y dolor en las articulaciones. Los síntomas de la hepatitis crónica pueden incluir fiebre, cansancio, pérdida de apetito, pérdida de peso, náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago, orina oscura, heces claras, ictericia (color amarillento de la piel o de los ojos) y dolor en las articulaciones. La hepatitis puede ser diagnosticada mediante un análisis de sangre.
La hepatitis aguda generalmente se cura por sí sola. La hepatitis crónica puede requerir tratamiento médico. El tratamiento médico puede incluir medicamentos o un trasplante de hígado.
La hepatitis puede ser prevenida mediante la vacunación. La vacuna contra la hepatitis A y la vacuna contra la hepatitis B son eficaces para prevenir la enfermedad. También se puede prevenir la hepatitis mediante el uso de condones durante el contacto sexual con una persona infectada.