Los seguros son una forma de protección económica que se ofrece a una persona o a una empresa, a cambio de una prima, en caso de que se produzca un evento que cause un daño, una pérdida o una responsabilidad civil. Hay muchos tipos de seguros, y la protección que ofrecen varía en función de la naturaleza del riesgo a cubrir. Algunos de los seguros más comunes son el seguro de vida, el seguro de salud, el seguro de propiedad, el seguro de automóvil y el seguro de responsabilidad civil.
Los seguros se basan en la teoría del riesgo. Esta teoría establece que, en una población, el número de personas que sufren un daño en un período de tiempo determinado es una función del número total de personas expuestas al riesgo y la probabilidad de que se produzca el daño. En otras palabras, cuanto mayor sea el número de personas expuestas al riesgo, mayor será el número de personas que sufrirán el daño. Y cuanto mayor sea la probabilidad de que se produzca el daño, mayor será el número de personas que sufrirán el daño.
La premisa fundamental de los seguros es que, al agrupar a un gran número de personas expuestas al mismo riesgo, es posible establecer una "piscina" de riesgos en la que se distribuyen los costos de los daños causados por el riesgo entre todos los asegurados. De esta forma, cada asegurado paga una prima relativamente pequeña, en función de su nivel de riesgo, y el asegurador paga los costos de los daños causados por el riesgo a aquellos asegurados que lo sufran.
La primera compañía de seguros fue creada en el año 1666, en Londres, para proteger a los propietarios de edificios contra el riesgo de incendio. En los siglos XVIII y XIX, el desarrollo de los seguros se vio impulsado por el auge de las actividades comerciales y la industrialización. En la actualidad, el seguro es una parte integral de la vida económica y social de la mayoría de las sociedades.
Los seguros son contratos mediante los cuales una persona, denominada aseguradora, se obliga frente a otra persona, denominada asegurado, a pagar una prestación económica en caso de que se produzca un siniestro en el objeto del seguro. El siniestro es un evento dañoso no deseado por el asegurado. En consecuencia, el seguro protege al asegurado de un determinado riesgo. La prestación económica que se paga en caso de siniestro se denomina indemnización. Las aseguradoras reciben una prima por contratar un seguro. Es decir, el asegurado paga una cuota periódica a la aseguradora a cambio de que ésta se comprometa a pagar la indemnización en caso de siniestro. En algunos casos el seguro se contrata con una prima única.
Los seguros se clasifican en función del riesgo asegurado en:
En la mayoría de los casos, el seguro se contrata para proteger un bien o un interés económico. No obstante, en algunos casos el seguro se contrata para proteger una responsabilidad. Por ejemplo, en el caso de los seguros de responsabilidad civil, el asegurado se protege de los daños que pueda causar a terceros. En el caso de los seguros de crédito, el asegurado se protege de los riesgos de impago de los clientes.
Los seguros se pueden clasificar en función de diversos criterios. En este artículo, vamos a analizar la clasificación de los seguros en función de su objeto, de su naturaleza y de su finalidad.
En cuanto al objeto del seguro, podemos distinguir entre:
En cuanto a la naturaleza del seguro, podemos distinguir entre:
Por último, en cuanto a la finalidad del seguro, podemos distinguir entre:
Los seguros son un contrato mediante el cual la persona asegurada (tomador del seguro) transfiere a una compañía de seguros, a cambio de una prima, el riesgo de sufrir una pérdida futura. De esta forma, el seguro protege al asegurado contra el riesgo de sufrir una pérdida (muerte, invalidez, enfermedad, daños a la propiedad, etc.), cubriendo el costo de los gastos o la indemnización por dicha pérdida.
La finalidad de los seguros es asegurar la tranquilidad del asegurado, protegiéndolo de una posible pérdida económica. En el caso de que se produzca el siniestro asegurado, la compañía de seguros se hará cargo de los gastos o de la indemnización correspondiente, de acuerdo con lo establecido en el contrato de seguro.
Los seguros pueden ser de carácter voluntario o obligatorio. En el primer caso, el asegurado es libre de contratar o no el seguro, mientras que en el segundo caso, la contratación del seguro es obligatoria por ley o por una disposición contractual. En España, los seguros obligatorios son, entre otros, el seguro de responsabilidad civil obligatorio para vehículos a motor y el seguro de accidentes de tráfico.
Por otro lado, existen diferentes tipos de seguros, según el riesgo asegurado, como el seguro de vida, el seguro de salud, el seguro de hogar, el seguro de coche, el seguro de responsabilidad civil, etc. En cada caso, el seguro cubrirá un riesgo concreto, de acuerdo con lo establecido en el contrato.
Para contratar un seguro, es necesario solicitar una cotización a la compañía de seguros, de acuerdo con las características del riesgo a asegurar. Una vez recibida la cotización, el asegurado podrá contratar el seguro, abonando la prima correspondiente. En caso de producirse el siniestro asegurado, el asegurado deberá notificarlo a la compañía de seguros para que ésta pueda tramitar la indemnización correspondiente.