Los lunares son manchas en la piel que se producen por un exceso de pigmentación. Pueden ser congénitos (presentes desde el nacimiento) o adquiridos (que se desarrollan con el tiempo).
La mayoría de los lunares son benignos (no cancerosos), pero a veces pueden ser malignos (cancerosos).
Los lunares malignos suelen tener un aspecto diferente a los lunares benignos. Pueden cambiar de tamaño, forma o color. También pueden sangrar o picar. Si tienes un lunar que te preocupa, consulta a tu médico.
Para detectar los lunares malignos, los médicos utilizan un método llamado examen de cuerpo completo. Se trata de un examen físico en el que el médico revisa toda la piel para detectar lunares sospechosos.
En algunos casos, el médico puede realizar una biopsia (extracción de una muestra de tejido) de un lunar para examinarlo en el microscopio. Esto se hace para asegurarse de que el lunar no es canceroso.
Un lunar maligno es una neoplasia de tejido melanocítico que se forma a partir de las células pigmentarias de la piel. Se trata de un tipo de cáncer de piel muy agresivo que puede metastatizar a otras partes del cuerpo si no se trata a tiempo.
Los síntomas más comunes de un lunar maligno son:
Si usted tiene una mancha en la piel que cumple con alguno de estos criterios, es importante que consulte a un dermatólogo para que pueda hacer un diagnóstico preciso.
Hay muchos tipos de lunares y la mayoría no son peligrosos. Sin embargo, algunos pueden ser indicadores de un problema de salud más grave. Aquí hay algunos de los lunares que deberías examinar de cerca y consultar a un médico si tienes:
Si tienes un lunar que cumple con alguno de los criterios anteriores, consulta a un médico lo antes posible. Es posible que debas someterte a una biopsia para determinar si el lunar es canceroso.
Los lunares son manchas o protuberancias que se forman en la piel. La mayoría de los lunares son inofensivos y no requieren tratamiento. Sin embargo, algunos lunares pueden ser indicadores de cáncer de piel. Por esta razón, es importante examinarse a sí mismo regularmente en busca de lunares nuevos o cambios en los lunares existentes.
Si tienes un lunar que cambia de forma, tamaño o color, o si un lunar empieza a sangrar o a supurar, consulta a un médico. También deberías consultar a un médico si tienes un lunar que te molesta o te pica.
Algunos lunares son más peligrosos que otros. Los lunares que son más propensos a ser cancerosos son los que tienen bordes irregulares, cambian de forma o tamaño, cambian de color o sangran o supuran.
Los lunares que no son cancerosos pueden ser tratados de varias maneras. Algunos lunares se pueden quitar con cirugía. Otros lunares se pueden tratar con láser. También se pueden utilizar medicamentos para tratar algunos lunares.
Los lunares se pueden ver de diferentes maneras, dependiendo del tipo de cáncer de piel. Algunos lunares son simplemente manchas oscuras en la piel, mientras que otros son protuberancias o bultos. A veces, los lunares pueden ser dolorosos o sangrantes. Sin embargo, la mayoría de los lunares no causan ningún síntoma.
Tipos de lunares
Existen diferentes tipos de lunares, y algunos son más propensos a convertirse en cáncer de piel que otros. Los lunares se pueden clasificar en función de su apariencia y tamaño. Los lunares se pueden agrupar en tres categorías principales:
Factores de riesgo
Algunos factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer de piel. Estos factores de riesgo incluyen:
Prevención
La mejor forma de prevenir el cáncer de piel es evitar la exposición excesiva al sol. Se recomienda a las personas que se protejan del sol durante las horas de mayor actividad solar, usen ropa protectora y utilicen protector solar con un factor de protección solar (SPF) de 30 o más. También se recomienda hacer exámenes de detección de cáncer de piel de forma regular, ya que esto puede ayudar a detectar el cáncer de piel en un estadio temprano.
Los lunares son protuberancias o manchas oscuras en la piel que se deben a la acumulación de células pigmentadas. Algunos lunares son benignos y otros pueden ser cancerosos. ¿Cómo podemos saber si un lunar es sospechoso?
Tamaño - Un lunar sospechoso puede tener un diámetro mayor a 6 mm.
Bordes - Un lunar canceroso puede tener bordes irregulares, enmarañados o borrosos.
Color - Un lunar sospechoso puede tener un color negro, marrón o café con leche. También puede tener manchas de varios colores.
Aspecto - Un lunar sospechoso puede ser plano o elevado, y puede tener una superficie rugosa o áspera.