En primer lugar, hay que estar seguro de lo que se quiere decir. Muchas veces, las palabras en inglés tienen múltiples significados, por lo que es fácil malinterpretar lo que alguien dice. Asegúrese de entender el contexto en el que se está hablando para evitar malentendidos.
Una vez que se tenga claro lo que se quiere decir, es importante tener en cuenta a quién se le está hablando. Hay diferentes formas de hablar en inglés, y algunas de ellas son más formales que otras. Si se está hablando con un desconocido o alguien con quien se tiene poco contacto, es importante usar un lenguaje más formal. En cambio, si se habla con un amigo o alguien con quien se está cómodo, se puede usar un lenguaje más informal.
Otra cosa a tener en cuenta es el acento. Aunque todos los hablantes de inglés tienen un acento diferente, algunos son más fáciles de entender que otros. Si se tiene dificultad para comprender a alguien con un fuerte acento, es posible que tenga que pedirle que se repita o que hable un poco más lento.